Aún no acabo con la serie. Antes de abogar incansablemente por la mantequilla y el aceite de coco y antes de vetar permanentemente al aceite de oliva de mi sartén, necesito aclarar todas estas dudas. Hoy busco respuesta a las preguntas del encabezado y comparto más hallazgos interesantes sobre el tema. ¡Empecemos!
El colesterol es esencial para la vida y nuestro correcto funcionamiento
Punto. Siempre vemos lo malo del colesterol pero ¿Te has preguntado alguna vez si sirve para algo? Pues sí, resulta que el colesterol tiene muchas funciones (no las coloco todas porque algunas sencillamente no las entendí y no me gusta repetir como loro sin saber de que estoy hablando):
- Ayuda a construir y mantener la membrana en las células del cuerpo (esto es, su revestimiento externo) y a controlar la permeabilidad de estas membranas (esto es, que pasa directo a la célula y que no pasa).
- Construye los ácidos biliares que se encargan de digerir la comida en los intestinos.
- Permite que el cuerpo pueda fabricar vitamina D (cuando tomas sol 😉 ).
- Es esencial para la producción de hormonas como el estrógeno (chicas) y la testosterona (chicos), aquellas liberadas por las glándulas adrenales: cortisol, corticosterona, aldosterona, y otras.
- Es importante para la asimilación de vitaminas solubles en grasas, como las vitaminas A, D, E y K.
Técnicamente todas y cada una de las células de tu cuerpo pueden tomar colesterol (cuando viaja en la forma de «colesterol malo») y usarlo según sus necesidades. El trabajo del «colesterol bueno» consiste en recoger lo que quede sin usarse del «colesterol malo» para que el hígado lo convierta en ácidos biliares para la digestión o haga nuevas unidades de “colesterol malo” que saldrán nueva vez a alimentar las células y ayudar con la síntesis de ciertas vitaminas, la elaboración de la vitamina D y de hormonas.
Algo especialmente interesante es que para una persona sana y “normal”, alrededor del 75% del colesterol en su sangre es producido por el mismo cuerpo (aproximadamente 1,000 mg para un hombre promedio) en el hígado principalmente y las células. O sea que el colesterol que ingieres en las comidas apenas aporta un 25% a la suma total en tu cuerpo y que incluso si comes una dieta de 0 colesterol, tu cuerpo se puede encargar de producir más o menos colesterol según sus necesidades. Incluso, según Wikipedia el mismo cuerpo tiene la habilidad de compensar la ingesta de colesterol adicional al reducir la síntesis o metabolización del mismo, por lo cual se supone que el “contenido de colesterol en la dieta no influye significativamente en los valores plasmáticos de colesterol, que se rigen por diferentes factores genéticos y nutricionales que influyen en la absorción o síntesis del colesterol .”, según esta publicación. Sigue leyendo